miércoles, 18 de enero de 2012

Migraciones y nueva evangelización



Navegando en la web, conseguí este artículo de Monseñor Jose Àngel Saiz Meneses, Obispo de Tarrasa que me pareció interesante y digno de ser comentado y compartido.  Nosotros como familia católica, hemos considerado muy importante continuar nuestra formación cristiana y seguir impartiéndola a nuestros hijos a pesar de la distancia y de lo polémica que pueda ser la vida de FE en Canadá. Aquí les dejo el artículo para que lo puedan leer y comentar.

La Iglesia celebra la Jornada Mundial de las Migraciones, una iniciativa del Papa, que cada año publica un mensaje dedicado a esta cuestión de tanta actualidad. El lema que ha escogido Benedicto XVI para esta jornada es “Migraciones y nueva evangelización”. 


El esfuerzo por llevar la persona de Jesús y el mensaje del Evangelio marca profundamente la actualidad de la Iglesia católica y también de las restantes Iglesias y comunidades cristianas. Dos hechos lo ponen de relieve. El primero es que en octubre de este año se reunirá en Roma el Sínodo de los Obispos para celebrar una de sus asambleas ordinarias y el tema que ha propuesto el Papa para ser objeto de reflexión y estudio es “la nueva evangelización para transmisión de la fe cristiana”. Y precisamente mientras estará reunido el Sínodo, el próximo 11 de octubre, se iniciará la iniciativa que Benedicto XVI ha propuesto a toda la Iglesia. La celebración del Año de la Fe, un tiempo que concluirá en la fiesta de Cristo Rey del año 2013 y que estará especialmente destinado a reflexionar y a proponer los contenidos de la fe cristiana.

El mensaje de la jornada de hoy se sitúa claramente en esta perspectiva. Se abre con una cita de un documento de Pablo VI publicado en 1975, pero que es sumamente actual: “Anunciar a Jesucristo constituye la misión esencial de la Iglesia, una tarea y una misión que los cambios amplios y profundos de la sociedad actual hace cada vez más urgente” (Evangelii nuntiandi, 14).

La palabra del Papa reconoce, con realismo, que en los últimos años se ha producido una mezcla de personas y de pueblos sin precedentes, con problemáticas nuevas no sólo desde el punto de vista humano, sino también ético, religioso y espiritual. De hecho, vivimos en sociedad –y la nuestra no es una excepción- en sociedades cada vez más multiétnicas e interculturales. El objetivo es encontrar una convivencia serena en el respeto de las diferencias legítimas.

Creo que hemos de dar gracias a Dios por lo logrado en este sentido entre nosotros, y en concreto en nuestra diócesis egarense, gracias a la buena voluntad de muchas personas. Estoy realizando la visita pastoral y ésta es una de las realidades que encuentro y que puedo constatar con una actitud de respeto y de gratitud a todos cuantos la hacen posible.

Dice el Papa, en el mensaje que comento, que “las comunidades cristianas han de prestar una atención particular los trabajadores inmigrantes y a sus familias, a través del acompañamiento, de la plegaria, de la solidaridad y de la caridad cristiana”. E invita a hacerlo desde “la valoración de lo que nos enriquece recíprocamente, así como desde la promoción de nuevos programas políticos, económicos y sociales que favorezcan el respeto de la dignidad de toda persona humana, la tutela de la familia y el acceso a una vivienda digna, al trabajo y a la asistencia social”.

La crisis actual hace especialmente difícil la realización de estos objetivos. Pero deseo subrayar que son muchos los sacerdotes y diáconos, los religiosos y religiosas y los cristianos y cristianas laicos de nuestra diócesis que se esfuerzan en hacer realidad que los emigrantes y refugiados –como dice el Papa- “encuentren en su camino el rostro misericordioso de Cristo en la acogida del prójimo”.
 

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